Hace un tiempo descubrí que estar soltera, le da un plus a mi vida. Existe una clase de wifi uterino que comienza a resonar para enfocarme en la creatividad. Es un momento para plasmar desde las entrañas y continuar con los pasos que me extasían aun más que un enamoramiento o un eterno amor.
Esto es comprobado, cuando me enfado de una relación lo que quiero es terminar aunque duela. Algunas relaciones han sido más complejas que otras y las despedidas han dolido distinto. Debido a los procesos complejos que he vivido.
Es de esperarse que no hay despedidas amorosas cuando una trae una vorágine de sentimientos recientes y añejos. Pero he sabido sanar con quienes me he conectado desde el plexo solar. Suena extraño pero hay personas que nunca dejo de extrañar, son aquellas con las que resueno desde distintas partes de mi sobra incluso de mi vulnerabilidad. Hay momentos en los que nos abrazamos como si no hubiera mañana. Pero otros en los que nos despedimos de esas versiones que se amaron hasta la locura para naufragar en el cambio y querernos con límites.
Es toda una transición llenar el corazón con afectos ajenos, que se vuelven cercanos casi propios. Que nos quieran y cuiden es algo que se valora de manera magnánima; en esta tierra desértica de afectos. Dónde solo se procura querer y cuidar lo que es propio, se posee, se intenta tener, conquistar.
Pero en la pedagogía de la soltería lustre donde elegirse tiene el castigo social de la etiqueta del abandono, me he cuestionado porque resulta tan increíble asumirse sostenida por los afectos comunitarios. Esto sin duda es un incendio, unas brazas subterráneas para el patriarcado porque en vez de estar cumpliendo sus expectativas de los roles de género disfrutamos de la vida.
Pensaba en aquellas mujeres de la farándulas que se han asumido solteras y tienen un rol peculiar en la sociedad como «las dejadas», «las inalcanzables», «mal geniudas» etc. Estas mujeres que hablan sobre la seducción y el poder, sobre sus vínculos que le dan al secretismo un tinte distinto.
¿Acaso esas mujeres tienen algo que cautiva a los poderosos?
¿Qué viven tras bambalinas?
¿Será que las costumbres y tradiciones de la monogamía, matrimonio, las formas sociales no permiten la socialización de esos vínculos?
¿Cuáles son las ventajas de relacionarse con ese tipo de personas?
Muchas dudas sobre esto.
Mientras tanto en mi vida normal y en ocasiones insípidas, más cuando se trata de pasar los revolcones de ola emocional, me doy cuenta que es exquisito tener muchas relaciones pero no un amor definido.
Por que el amor no se puede definir en una sola persona o una sola etiqueta, en realidad el amor es algo que se va germinando como si fuera un micelio.