La vida de adulta no es sencilla, tienes que elegir…
Hace tiempo que considero que mis hábitos organizativos han mejorado sin embargo este año comencé con una rutina dicotomía a mi letargo de recuperación del estrés postraumático que tuve debido a unas situaciones de riesgo en comunidad.
Me siento agradecida con mi red de microorganismos vivos que me abrazan en este suelo tan delicioso llamado vida. En los últimos días he visto a mis amistades y compartido lo diferente que siento mi mente tras ese incidente.
Entre más leo sobre crianza, más me perturba que la niñez tenga un sostén que le permita coexistir o saltar las olas de la feroz sociedad donde tiene que implicarse para seguir este vuelo llamado «vida» y subtitulado por la sociedad…
Si vamos a ver la película de la existencia donde quien dirige tiene los criterios y formación tradicionales, la basta experiencia de arrojarnos al vacío o domesticar el cerebro para creer que nos realizamos siendo lo que el sistema quiere.
Tener tiempo para vivir la vida tan libre o en plenitud lleva un recorrido áspero que agrieta por tanta exposición al sol de las preguntas. No hay un único camino pero si un solo objetivo: existir.
Ahora entiendo que el amor que siento es un amor genuino por mi y por las maneras en que mi cuerpo despide un cóctel hormonal que me hace expandir los placeres del ahora.
Si yo dosifico esa manera de ver el mundo y la concentro en un tótem puedo dejar que la casualidad active ese cóctel hormonal hasta el grado de perder el control sobre mi, justo lo que muchas personas hemos aprendido hacer ¡Perder el control de nosotras ante el amor!.
En un mundo donde la crueldad alcanza, no alcanza correr para evitar los estragos del sistema en nuestros corazones, cerebros, espíritus…
Vamos caminando esperando que pasen los días, que alguien pare el sufrimiento que dosifica la sociedad pero no hay salida de ese dolor constante, de esa penumbra. Seguir leyendo Crueldad gris→
Si te alcanza el eterno resplandor de una mente sin recuerdos…
Decirte lo indecible en tiempos de ternura radical, donde las caricias sutiles son las mas insólitas. Aquellas chispas que habitaban, fueron desplazadas del cuerpo. Pero la memoria tiene un archivero repleto de ellas y cuando interaccionan suelen crean castillos de pólvora, y son los misterios de la vida lo que los enciende.
Casi imperceptibles, chispas de besos muertos y miradas con intenciones ocultas.
Quédate en mi vida con o sin etiqueta relacional,
Quédate en mi vida con o sin ser compañía,
Con o si ser a quien presente, a quien festeje, a quien bese…
Sólo quedate, con la única condición de estar.
Con la única condición de habitar este corazón y el hubiera. Seguir leyendo Quédate→
Tantas ganas de huir y sin traje espacial…
Las condiciones en las que nos subordina el orden social es más fuerte para unos cuerpos que para otros, si son las condiciones, las relaciones, los privilegios, el contexto teje el ciclo de vida más allá de lo que leemos en el libro de ciencias naturales donde identificamos que nacemos para reproducirnos y morir.
Nuestro cerebro recrea escenarios, historias, melodramas, historietas, novelas, libros con cada conversación, escuchar… un suspiro y un concierto para nuestros oídos.
En ocasiones pienso que escuchar es como ir a un concierto de música clásica donde se me sale el corazón y la piel vibra con cada soneto de la cotidianidad. Seguir leyendo Escucharnos K!→
«No soy de esas personas que renuncia, soy de las que termina algo que se propone»
Hoy me atrapo esa frase…me pregunte si soy esas personas que renuncian o se comprometen a estar hasta el final.
No sé cual persona sea la mejor para cada quién pero en lo personal… Aprendí a renunciar, aprendí a ceder, aprendí a irme cuando consideraba que las condiciones no eran las óptimas, no me valoraban o simplemente no había interés ni respeto.
Tomar una decisión que llega al corazón y cuida a una misma se siente como un abrazo calientito, que nos derrite entre los brazos de quienes amamos quizás desde el silencio, el ruido o la premura.
Hoy soñé que me abrazabas entre las plantas, que conservabas las ilustraciones que te hice en una ola de euforia, en un momento de éxtasis y disociación de mi duelo. Seguir leyendo Un abrazo caracol→
Hace un tiempo descubrí que estar soltera, le da un plus a mi vida. Existe una clase de wifi uterino que comienza a resonar para enfocarme en la creatividad. Es un momento para plasmar desde las entrañas y continuar con los pasos que me extasían aun más que un enamoramiento o un eterno amor. Seguir leyendo El poder de la soltería→
Cuando hemos disfrutado del cóctel hormonal que arrasa con el pasado, con el presente y el futura se da un misterio. En el cual nos envolvemos como si fuera una cobija de invierno, una camisa de fuerza, una enjundia del aquí y el ahora con esa persona.
Esa magia tiene inicio-fin, como si fuera un ciclo. Estoy hablando de la conexión hormonal que se genera cuando nos atrae alguien. Puede que sea su aroma, su voz, su inteligencia, el trato o simplemente algo desconocido o inconsciente que genera este súper poder de estar para esa persona.
Crear relaciones amorosas desde el cuidado puede parecer una experiencia inédita. Porque estás relaciones están basadas en el cuidado mutuo, consentimiento, la reciprocidad, la amabilidad, la autonomía emocional, la horizontalidad y el consenso. Esto da calma. Para dar calma, requerimos responsabilidad con nosotras. Lo cual nos facilita tener claridad sobre lo que nos gustaría experimentar y lo que podemos ofrecer a quienes quieran relacionarse con nosotras. En esta simbiosis será más sencillo encontrar las palabras adecuadas para expresar nuestras necesidades mutuas, retroalimentarlas y con ello relacionarnos amorosamente.
A veces no somos capaces de reconocer lo que sentimos, por eso requerimos de apoyo profesional para identificar lo que nuestras emociones, sentimientos y pensamientos quieren expresar. Ese momento donde decidimos ser acompañadas en un proceso terapéutico quizá desconocemos cuál será el resultado de vivir la lectura a conciencia de nosotras.
Cuando he creído que la tranquilidad me abraza y por fin la calma es amiga, llegan un cúmulo de reflexiones respecto a los pendientes creativos que me creo para estar habituada a una rutina de la productividad que en sí misma no es tóxica pero si en los tiempos que se establecen para que todo vaya a prisa y de la manera más efímera posible, sin disfrutar del camino porque lo que se disfruta es el resultado.
Esta frase me acompaño durante mucho tiempo ¡Te falta calle! para describir la sapiencia de entrar y salir de un barrio a otro con las amalgamas amigueras, los privilegios trazados o los lazos que el arte hace en las calles.
Tal cual en el cuerpo…
Recuerdo que te llamo huracán de colores y te has ganado a pulso esa extrema interpretación.
Desde un inicio sabía que podías ser un manantial creativo para este espíritu en búsqueda de una libertad natura, tal fue la mimetización que en un instante ya seguía el credo de «Somos naturaleza» y la voz gritaba entre cada beat a media tarde.
Aunque mis selvas y bosques creativos rebosaban, se manifestaban y me acariciaban con todo tipo de materiales me vi en la necesidad de darme unas vacaciones emocionales para no depender de nadie, de nada y solo yo ser mi huracán emocional.