Amor romántico
Mi rutina, un camino calculado desde lo que sueño hasta lo que vivo. Una estabilidad disipada, desde lo que pienso hasta lo que digo. Así es mi vida, una deliciosa mezcla de amor diurno y nocturno.
En este transitar me he dado cuenta de que me encanta sentirme amadba; con ese amor que empalaga. En lo que respecta a mi monogamia, admito que me deleita recibir los detalles puntuales de mi pareja, sus halagos y muestras de amor reflejadas en celos e incertidumbres. Admiro tanto su dedicación para atenderme, su afán por dar seguimiento a mis actividades diarias, de verdad me sorprende su entrega y pasión por saber de mi.
En serio él y yo, experimentamos el amor puro y concentrado, coincidimos mucho, somos tan afines; en lo sueños que tenemos y perseguimos. En verdad, somos almas gemelas que se degustan en esta rafaga de tiempo. Sin duda, este es mi primer y único amor, el verdadero;, por lo tanto, entregó a esta relación mi estilo de vida y mis sueños. Para que sean nuestros y se fusionen a tal grado de complementarnos para fluir en la fidelidad y en la exclusividad del uno para el otro. Soy de él, como él es de mi. Por lo cual puedo discernir que el amor romántico es la razón de mi ser, la verdadera influencia de mis días, el inequívoco enfoque de mi existencia.