Eclosionar

A veces creemos que el tiempo para nosotras requiere un orden día específico, que cumpla un objetivo intrínseco superior y este categorizado en la complejidad de los avances exigidos por la sociedad y la fiscalía de la salud mental… Pero varía.
Algunos días puede ser encontrarse con alguien totalmente desconocida para entrelazar charlas impetuosas llenas de emociones que nos conectan con esa vida que dejamos atrás y amábamos o con esa vida que tenemos ahora y amamos o con la sutiliza de ser solamente un instante mientras se termina la malteada o la limonada.
Esos momentos son regalos para aquello que nos habita más allá de lo físico. Son regalos para nuestro tesoro de momentos, un álbum que no requiere fotos sino estímulos que nos recuerda que estamos vivas y que nuestras habilidades sociales existen pero la rutina en ocasiones no nos permite ecolosionar hacia la sorpresa, el misterio o las otras historias que caminamos por el mundo.
Saben que me gusta escucharles, platicar, degustar los momentos, sentir la sabrosura de la vida y permitirnos entrelazar anécdotas que nos refuerzan porque estamos donde estamos, elegimos hacerlo a lo que nos dedicamos y sobre todo porque somos y existimos en este espacio tiempo una frente a la otra.
Gracias.