Por la droga del amor todo

Dejamos en manos de una pareja los sueños,
La impresión del cuento de hadas;
Adaptado a una realidad superflua fuera de tiempo.
Pero con castillos relacionales que nos crean encrucijadas afectivas;
Con vitrales sonoros que nos llenan de color las entrañas;
Con caleidoscopio los pensamientos y erupcionamos con sutileza.

Abrimos el calabozo de los códigos de género;
Comenzamos a descifrarnos cual mapa del tesoro;
Pero no hay oro, solo humanidad compleja llena de complejos.
Ambiciones de una unión a largo plazo;
Fantasía que nos da tranquilidad, entusiasmo, nos prende…
Esto resulta un paliativo para la ausencia de nosotras;
Una unión con otras, porque no podemos unirnos nosotras.
Así es, el imaginario se encarga de disociarnos;
Se encarga de separar quién somos;
Con la idea de quién debemos ser, como vernos, como actuar;
Sigilosamente crea un hueco en nosotras;
Para poder vendernos la publicidad de la complementariedad,
Cuando llegamos a este boletín publicitario todo tiene sentido
El buscar la otra mitad, en otras para sentirnos completas.
Con hambre todo sabe bueno…
Por eso cuando llega el reconocimiento de otros
No importan sus monstruos, nos ve,
No importan sus carencias, nos reconoce,
No importan sus tratos, nos da afecto,
No importa su negligencia emocional, nos valida.
A esto compañeras les llamó los dosificadores de endorfinas:
Superficial, esporádico, en ocasiones necesario para sobrevivir al caos;
A las carencias propias, los miedos a la soledad y desolación.
Sería lindo que las relaciones fueran entre personas con responsabilidad emocional;
Que sanaran sus heridas profundas para poder encauzar su mejor versión al mundo;
Pero esto si es un privilegio,
Por eso amar a la humanidad implica enredarnos entre dolores;
Además de tocarnos los vacíos que nos teje el capitalismo;
Incluso contemplar el universo emocional;
Despertar sinergias corporales tras estos caminos de indiferencia o dolor;
No hay vacío emocional que no esté pintado con una creencia, temor, desconocimiento…
Originado maquiavélicamente desde la trenza del poder,
Es cuestión de ver…
Si estamos tan ansiosas de la droga del amor,
Es porque somos adictas antes de nacer;
Es parte de la mitocondrias tatuada por los temas de género.