Soltar la cobija…
Levantarse de la cama implica un esfuerzo mayor cuando de resfriado emocional se trata…
Para una depuración honrosa se requieren varias condiciones que nos permitirán soltarnos y contenernos con todo el amor que nosotras somos capaces de darnos:
- Reconocimiento de que el cuerpo necesita tiempo, espacio, atención, cuidado y amor para sacar la emoción… evaporarnos para sentirnos más ligeras.
- Identificar los síntomas o emociones que nos envisten como un tsunami que nos envuelve en la cama para reposar por el tiempo que sea necesario.
- Atendernos con protocolos amigables al cuerpo: natura con natura. Si nuestro cuerpo es naturaleza cuidemos con naturaleza;
-Herbolaria
-Obsidiana/cristales dependiendo los síntomas
-Homeopatía
-Barro
-Imanes
-Rap
-Alimentos ecológicos - Si la natura no es suficiente yo opto por:
-Acupuntura - Reservas alimentadas siempre nos cuidarán
-Frutos secos
-Cereales
-Semillas para lechadas: avena, amaranto, arroz, cebada, etc.
-Microorganismos que alimenten la microbiota intestinal: kefir, kombucha, vinagre, agua miel y sal de mar. - Una deliciosa cama que nos cobija o descobija según la febrífuga
- Deshidratador de plantas con aquellas guías hacia la sanación: Romero, Salvia, Hinojo, Ruda, Vaporub, Citronela, Malva…
- Observar nuestro cuerpo:
-¿Qué tenemos?
-¿Qué sentimos?
-¿Con que recurrencia?
-¿Cuál es la intensidad?
-¿Disminuye o aumenta?
Para recuperar la salud basta experimentar en nuestro cuerpo, saber leerlo para atenderlo, somos aprendices de nosotras y ver como reaccionamos en su cuidado nos ayudará a sentirmos mejor…
- Identificar los sintomas del desequilibrio
- Avances de los sintomas
- Reconocerlos para atenderlos
- Atención y observación de los tratamientos
- Identificación de las mejoras o avances del desequilibrio
- Mejorar…
- Agradecer
- Identificar que nos lleva a la recuperación: paciencia, constancia, ensimismamiento, descanso, cuidado, amor a nosotras, preo-ocupación por nosotras.
Es la primera vez en más de 10 años que tengo vacaciones emocionales elegidas para descansar y he vivido 4 días en cama. Hasta hoy desperté agradeciendo a la vida que puedo sentirme sin el dolor del resfriado y con la paz emocional que mi implica solo responsabilizarme de mi, mis afectos, mi cuerpo y mi vida.
Si eso que le llaman Dios existe, serían genuinamente quienes me acompañan en estos lares emocionales porque mi hipersensibilidad me ha llevado a horizontes poco afables y me han abducidos aquellas arenas movedizas de sueños incompletos. Pero que gracias a quienes me aman, cuidan, acompañan he logrado ver la obscuridad de mis propios instantes bloqueados y me he reconciliado con esas parte de mi que no entendía. Para caminar en paz, en calma.