Expiación volcánica

 

Hitokiri Battōsai, un samurai de Japón obligado por un sistema de creencias a tener una vida a destajo entre la sangre y la sobrevivencia, llega a un punto de su vida que hace una pausa y cambia drásticamente su ocupación de asesino por defensor de gente vulnerada por otros samurais…
En ese paraje explora su resiliencia, busca y vive la redención. Incluso este cambio de identidad implico que de ser Battosai el destajador se viviera como como Kenshin. Lo que le hizo coincidir y cultivar confianza, amistad, amor con Kaoru, alguien que conoció´ó su historia, no le juzgó y vivió con él su proceso…

Personaje del Manga. Anime de Samurai X creación de Rurouni Kenshin.
En estos días he despertado memorias insólitas de gustos exquisitos y me vino a la cabeza esta historia.

Así pienso  el camino a la recuperación emocional: un proceso de expiación que nos permite estar «al servicio» de nosotras para lograr esa paz del perdón hacia nosotras y otras.

Tener ganas de buscarte y no elegir la dosis es un crecimiento que requiere mucha energía pero cuando se reconoce el origen; la enfermedad emocional… La paz es la opción que salva de ese frenesí; vorágine despiadada que busca como mar embravecido, romper las rocas con las olas para esparcirse por el mundo…

Pero no… Ya se va la luna roja, ya me hato las neuronas de la reacción que llevan al abismo y autoregulo el demonio de Tazmania que se alimento con la carencia y que ve cualquier migaja relacional como un aperitivo.

Aquí la vida sabe distinto, se abrió la caja de Pandora y me responsabilizó de esta versión. Cuando era niña no comprendía que pasaba y eso trazo mi camino. Ahora me doy tiempo para sanar todo el dolor que me llevo la inconsciencia y me hago leal a mi paz y calma.

¿Es tan difícil de comprender?

Que me gusta más la paz que la incertidumbre…

Que me encanta la calma de verme en vez de la ansiedad de saberle…

Que me satisface más mi vida en rutina de 8 horas que la búsqueda del reconocimiento de 24/7 en cualquier relación…

El camino a la recuperación y sanación emocional lleva tiempo. Es un acto de amor hacia nosotras. Es un proceso de valentía y reconocimiento del origen que nos llevo a estar donde ahora estamos pisando…

Esto te des consecuencias severas cómo en mi caso tuve que abrirme a cambiar 360° mi percepción del mundo y con ello trazar un mapa de huída de mis vicios inconscientes que me hacían tropezar.

¿Qué significa esto?

Elegir el camino de la sanación significa vernos de otra manera como un ser amado y consentirnos. Además de  elegir relaciones más saludables.

Recuperarse implica verbos con detenimiento y reconocer que hay instantes en los que nos vamos directo a la crisis y otros en los que nos invade la culpa por dejarnos ir…

«En cada recaída se aprende»

Ya lo decía Yera en la consulta y es real, cada recaída me ha enseñado en cámara lenta que me lleva al precipicio de la evasión de mi por la búsqueda del dolor o de quienes me han lastimado una y otra vez… Llegué a la conclusión que es mi carencia: aquel castigo autoexigido por qué no me siento merecedora de la paz y el amor que me estoy dando.

¿Por qué sentirme en ese limbo del dolor?

Porque no sabemos que significa vivir en la antítesis del dolor. Incluso con el amor que le tengo a las palabras jamás había buscando antes el antónimo de dolor hasta ahora que voy por el camino a la recuperación:

Gozo

Alegría

Ésto no es una meta humana en un mundo que se desmorona.

Quién se diga alegre o que goza «algo está haciendo mal».

Pareciera que fuimos concebidas para el quiebre, sufrimiento o dolor porque desde niñas nuestra sensibilidad y corazón han sido oprimidos y subordinados para buscar el reconocimiento de afuera, el afecto de afuera, el cuidado de afuera…

Por eso las mariposas en el estómago llegan con alguien más, no al mirarnos al espejo.

Esas mariposas llegan para completar la receta de una lista de deseos por cumplir para ser merecedoras de ese gozo y alegría «dicen» pero qué son todo lo contrario.

Enseñarnos en la adultez a amarnos y sentir mariposas por nosotras mismas es un reto que nos acompaña en esta recuperación.

Así que a llorarle y tocar cada sentimiento que se pueda porque una mujer que se conoce a si misma y se trata con tan valor y cuidado merece caminar desde el gozo, la alegría, la calma, armonía… Eso llamado paz positiva.

Te amo Erika