Cuan difícil es no extrañar lo entrañable .
Estas semanas mi cabeza se ha vuelto un huracán de información respecto a las elecciones de mis relaciones
a partir de lo aprendido, de lo conocido, de lo entrañable… ¿Eliges con libertad tus vínculos relacionales?,
¿Qué tan conscientes somos de con quien decidimos relacionarnos?.
Yo he notado que las meditaciones con la obsidiana me dan claridad sobre el camino que llevan mis decisiones,
he elegido relaciones para proyectar el caos interno y tener una oportunidad de resarcir conmigo aquello vivido con
anterioridad.
En otras palabras, regalarnos procesos meditativos para reconocer la raíz de nuestras necesidades emocionales,
lo que le da sabor, textura y color a nuestras decisiones nos permitirá aclarar quienes somos:
¿Somos nuestras historias de niñxs repitiéndose en el ahora?
¿Somos nuestras necesidades emocionales relacionandose con quien tiene unas necesidades similares?
¿Elegimos parejas, amistades, compañía solo por un cuerpo físico, mental o emocional? ¿Acaso hay algo más que se involucra y persuade esto?
Misterios que solo se van dilucidando viendo la sombra.
Se sorprenderán cuando decidan atravesar ese bosque, un bosque inquietante, un bosque real, un bosque lleno de microecosistemas emocionales que han ido creando el humus relacional con el que nos vamos dando a conocer.
Esto es valentía, ir al bosque sin más que el cuerpo. Las herramientas para la sobrevivencia se van desarrollando en el camino. Un camino que permitirá aclarar cuales son y han sido nuestras motivaciones para elegir.
Elegir… elegir… elegir… caminar de manera amorosa y libre implica poder mostrarnos con la desnudez de quien somos
en el mundo. Previo a esto tenemos que desnudarnos frente a nosotres, ver cada una de nuestras cicatrices y analizar
si ya las hemos sanado o requiere un chiqueo especial para poder soltar el dolor que nos genero su llegada.
Solo así, con la valentía que implica el autoconocimiento podremos adentramos a compartir el jardín de flores que nos habita. De lo contrario… solo estaremos simulando que compartimos la mejor versión de nosotrxs.
Las emociones son una alarma de cómo estamos en el mundo, un indicador de cómo nos desplazamos por la vida en tres aspectos: neurofisiológico, conductual y cognitivo. Esta amalgama nos permite vislumbrar los efectos de las situaciones en nuestro cuerpo, como actuamos y como racionalizamos esto.
